"La Fantasía se hizo Realidad" (Acerca de la película "La Aldea", de Night Shyamalam)





El siguiente trabajo fue realizado por Romina Maidana y Liliana Vázquez, y está basado en la película "La aldea" ("The Village) del director M. Night Shyamalam, realizada en el año 2004.


Los sucesos que se cuentan en este film están situados en una aldea antigua con pocas casas y mucho espacio al aire libre, donde viven personas mayores, adultos, jóvenes y niños, y todas las familias se conocen. Sus vidas trascurren normalmente, pero siempre con reparos para no ser atacados por unos monstruos que habitan en un bosque muy cercano. Los aldeanos los llaman “los que no se nombran” y consideran que si las personas no pasan su frontera y no los molestan, ellos tampoco serán perturbados por las criaturas.
La protagonista llamada Ivy es una muchacha bella y ciega, y se enamora de un joven amigo: Lucius. El amor entre ellos es correspondido y prometen casarse, pero sucede lo inesperado: Noah, que era un demente que ocasionalmente cuidaba a Ivy, apuñala múltiples veces a Lucius, quien permanece en un estado de salud muy grave, para lo cual la solución, aparte de la fé, son las medicinas. Su amada entonces pide a su padre permiso para atravesar el bosque e ir a la ciudad más cercana en busca de las medicinas que puedan salvar a su prometido. Ante esto, algunos miembros del consejo, formado por adultos que toman las decisiones en forma conjunta, no están de acuerdo, pero con el apoyo de su padre, Ivy emprende su hazaña y cruza el bosque sola. Esto no parece muy extraordinario pero tomará otro sentido.


En este trabajo pretendemos centrarnos en el papel fundamental que juega la narrativa como un recurso que poseemos los seres humanos para dar sentido y organizar las experiencias a las que nos enfrentamos, y cómo la narración organiza la vida de las personas de esa comunidad, y de qué manera esa construcción de significados permite la construcción de subjetividad.


Hay que destacar que esa comunidad fue creada por el padre de Ivy, Edward Walker que era profesor de historia en la universidad de Pensylvania, quien propuso su idea a un grupo de personas que tenían en común haber perdido a un familiar querido de manera injusta por la crueldad del mundo actual en el cual vivían. Crean la aldea con el propósito de escapar de la atrocidad, con la esperanza de obtener algo bueno, justo y proteger la inocencia.
Ante lo inesperado, lo no canónico que aparece en las vidas de esas personas heridas sentimentalmente, no sólo aparece la narración como discurso sobre lo sucedido para poder interpretar e intentar dar significado a lo inusual sino que lleva en los hechos sus pensamientos de una vida distinta y tal vez mejor.


Al construir la Aldea, E. Walker y las otras personas tienen en cuenta que habían rumores de que en esa zona existían monstruos, entonces esos animales extraños adquieren un gran valor como mito fundamental para organizar su modo de vida dentro del pueblo: allí se puede ver que los signos y sus significados son resultado de un proceso socio histórico, son el producto de un proceso de negociación, ya que el significado se acuerda entre los participantes, se construye de manera conjunta.


Aunque no nos focalizaremos en el rol de los objetos que sirven para ayudarnos a recordar, es importante destacar, por ejemplo, que una de las mujeres, poseía una caja con recuerdos, fotos y recortes periodísticos de los adultos, que nunca abrían pero tenían cerca, para tener presente el mal del pasado y nunca olvidar. Se puede también pensar a los monstruos como la representación del mal que siempre está cerca, y de lo cual siempre hay que estar preparados para enfrentar o para protegerse.


Los adultos sabían que los montruos no existían, pero los usaban como medio para que nadie quisiera atravesar el bosque, porque más allá había otras ciudades. Los jóvenes sabían que existían las ciudades, pero no conocían como eran, y se les negaba el permiso para ir, aludiendo a la peligrosidad de cruzar el bosque y encontrarse con “los que no se nombran”, cuando en realidad, los adultos los querían tener apartados de esa realidad tan cruel de la cual ellos habían escapado.
Estaba delimitada una frontera con el bosque en el que estaba prohibido ingresar, a menudo se escuchaban sonidos como aullidos provenientes de allí, por las noches los jóvenes realizaban vigilancia desde una torre y en caso de ver un ser extraño tocaban una campana para poner en aviso a todos las familias para que puedan refugiarse, también se daban muchos ocasiones donde encontraban animales muertos y despellejados, que se suponía que habían sido matado por los monstruos. Los adolescentes realizaban rituales de valentía parándose en la frontera, de espaldas al bosque y tratando de aguantar el mayor tiempo posible. Incluso atribuían valor simbólico a los frutos como bayas de color rojo, lo consideraban color malo porque atre a “los que no se nombran”, etc. Con todo esto queremos dar cuenta de cómo esos mitos organizan toda sus vidas, ya que jóvenes y niños se apropian de los relatos, no sólo los creen, y forman parte de sus vidas reproduciéndolos y agregando sus propios supuestos a esas historias.
Tomando la péntada de Burke con los elementos que configuran todo relato, y dado que la narración se pone en marcha cuando se produce un desequilibrio en la proporción de tales elementos, consideramos que ésta se presenta claramente cuando, una vez dentro de esa nueva vida organizada por algunos, pero que es la única comunidad que conocen los mas jóvenes, vuelve a darse el desequilibrio, todo parece marchar muy normal hasta que Noah apuñala a Lucius, el prometido de Ivy. Aquí es necesario dar sentido a lo que no lo tiene, y según nuestra perspectiva, aquí comienza lo interesante de la película: la joven Ivy pide permiso a su padre para atravesar el bosque e ir a la ciudad en busca de medicinas. Algunos adultos del consejo le reprochan al padre de ella, (Walker) la decisión tomada, porque pudo haber puesto en peligro todo lo que han construido y habían prometido no hacer. pese a todo, Walker le permite ir a Ivy a la ciudad pero la prepara para la hazaña, y antes de explicarle cómo atravesar el bosque, le hace saber el porqué y los secretos de la comunidad. Le cuenta a su hija que su padre fue un señor muy bueno, tenia una gran fortuna y era hábil con el dinero, que murió asesinado brutalmente de un tiro cuando dormía, le explica que el dinero corrompe a las personas, para que ella entienda la razón de las acciones de él y de otros. La lleva a un granero y (como era ciega) le hace tocar el cuerpo de uno de los monstruos, ella se da cuenta lo que es, y entonces manifiesta mucho temor. Su padre le dice que no tenga miedo, ya que todo es una farsa, le aclara que cuando construyeron la aldea ya existían rumores de criaturas en ese bosque, y le explica que ellos hacen los sonidos, recogen las ofrendas que se les dan, etc. Todo era una simulación de la que se ocupaban ellos, y lo hacen porque no querían que nadie fuera a las ciudades, ya que todas las personas del pueblo perdieron a alguien irremplazable. Todas esas mentiras no fueron para lastimar sino para protegerlos de lo malo.
Ella comienza su recorrido acompañada por dos jóvenes pero pronto es abandonada porque ellos tienen tanto temor que no pueden continuar, mientras sigue su camino recuerda las palabras de su padre. A pesar de saber que las criaturas son falsas igual siente mucho temor, siguen teniendo un peso muy fuerte las narraciones creadas en la estructuración de la realidad psíquica y en la regulación de la afectividad.
Para Ivy los relatos fantasiosos parecen haberse hecho realidad, se le aparece un monstruo que la corre, pero ella se salva haciéndolo caer en un gran pozo. Continua se recorrido, atraviesa el limite de su territorio, se encuentra con un buen muchacho, sin darle información de su pueblo, y logra que él le consiga las medicinas.
Cuando regresa a la aldea, todos se enteran que ella pudo matar a una de las criaturas (en realidad era Noah que encontró un disfraz de monstruo y se fue para el bosque). Ese suceso permite que el valor de la narración se mantenga y pueda seguir dándole sentido a ese mundo. Como lo dice E. Walker, Noah hizo realidad nuestras mentiras para poder seguir adelante, si es que decidimos que aún queremos hacerlo.